Las has probado en mil sitios y de mil formas pero, ¿Nunca te has atrevido a hacerlas tú? ¡Con esta receta de croquetas del puchero caseras triunfarás seguro!

La cocina de aprovechamiento es un básico tanto de nuestra gastronomía andaluza, como de nuestros hogares para aprovechar todas las sobras del frigo. Aprovechar los garbanzos del cocido para unas espinacas o una riquísima ropa vieja, el pan duro para unas torrijas o unas migas… Aprovechar los restos de comida no sólo es algo útil, si no que te deja unas recetas riquísimas. Ahora que ya ha empezado la temporada del cuchareo, vamos a aprovechar la pringá para hacer unas croquetas del puchero caseras que quitan el hipo ¡Pruébalas!

Ingredientes

  • 25 ml de Aceite de oliva
  • 250 g de Harina
  • 225 g de Mantequilla
  • Cebolla
  • 500 ml de caldo del puchero
  • 750 ml de Leche
  • 400 g de Carne de puchero
  • Sal
  • Pimienta blanca
  • Nuez moscada

No os vamos a decir como preparar el puchero porque cada casa tiene la suya y podemos crear un conflicto nacional sobre esto, por eso os dejamos a vuestra elección las proporciones de la carne como más os guste: con más o menos tocino, más o menos jamón… Lo ideal es que dejes preparada la pringá bien cortadita en pequeños trozos para que quede como tropezoncitos en la bechamel que prepararemos.
También cortaremos una cebolla en trozos muy pequeños. Pondremos una sartén a fuego medio con la mantequilla y el aceite para que no se queme, cuando esté bien fundida y lista para cocinar, le pondremos la cebolla y la pocharemos mucho hasta que quede casi caramelizada. En ese momento bajaremos el fuego un poco y le incorporaremos con unas varillas la harina.
Cuando ya esté bien incorporada la harina y haya cogido un tono rubio, añadiremos poco a poco el caldo y la leche, que ya deberían estar calientes para que no haga grumos. Iremos moviendo y moviendo hasta que quede la textura deseada que tardará una media hora. Antes de que cumpla deberemos incorporar la carne pero no dejarla mucho para que no se sobrecocine. Salpimentamos y añadimos nuez moscada al gusto.
La masa terminada la pondremos en una bandeja grande y la meteremos al frío durante toda la noche. Ten cuidado de que nadie en casa le meta mano antes de hacer las croquetas porque la masa está de maravilla y es difícil coger solo «un poquito de ná». Cuando la vayamos a preparar solo tendremos que hacer la forma empanar y freír. Lo ideal es que el aceite esté a unos 180ºC y hacerlas en pequeñas tandas para que no se agolpen mucho y se frían bien, digamos que las croquetas necesitan su espacio. Cuando estén doraditas, las sacamos escurriendo el exceso de aceite y las pondremos sobre papel absorbente ¡Y a disfrutar!

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